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2.7.07

A SIETE AÑOS DE UN VUELO FELIZ.

Miércoles 28 de junio del 2000. El mundo se mantiene expectante. En suelo nortemericano la Corte Suprema no tiene ya muchas opciones en esta carrera de vilezas y extorsiones. No más prórrogas al nuevo pedido de asilo político. Elian González Brotons ya puede retornar a su patria cubana
Horas después , el cielo cobija el vuelo de la esperanza. Dos aviones salidos desde el aeropuerto de Dulles, en Washintong, la capital norteamericana, surcan el espacio como quien se sabe portador de una noticia, de una gran noticia. El tiempo parece volar a superior velocidad... Ya aterrizan sin tropiezos. No hay demoras, de su interior, un niño desciende en los brazos de su padre.
No hay, sin embargo, euforia. Tampoco recibimientos multitudinarios, tal como se previó para no dar cobija a las críticas del enemigo. Sobrevienen los abrazos, las lágrimas ¡Tanta emoción contenida en largo tiempo¡ .
El pueblo cubano ya reposa tranquilo, ya tiene de vuelta a uno de sus hijos. En el aeropuerto, los pioneros dan la bienvenida a quien es uno de los suyos. Está Fidel, claro, el hombre que apostó por las ideas en esta nueva campaña orquestada desde el norte y ganó otra vez con la fuerza de la mente. Está la familia, los abuelos del menor que echaron también la vida misma en esta batalla. En las casas y en las calles la gente se dio el apretón de manos por esta victoria que es también suya.
28 de junio del año dos mil. Detrás quedan casi ocho meses de angustia, historia, expectativa, unidad, lucha, indignacion, solidaridad. Un tiempo en que el mundo entero inclinó su balanza a la causa de un niño que conquistó los corazones de toda la gente de bien, a la causa que fue algo más que la de un niño para convertirse en símbolo de la verdad y la justicia
Solo así se tejió la historia de un regreso que siempre pareció posible mientras viles patrañas intentaron ahogarle la sonrisa a un niño de solo seis años que apenas alcanzó a hacerse mil preguntas entre juguetes lujosos, cariños forzados y gentes extrañas
Es 28 de junio de 2000. Apenas parece el comienzo de una historia que abortó su cauce un 22 de noviembre de 1999 cuando Elian fue sacado ilegalmente de su natal Cárdenas, en Matanzas por su madre Elizabeth Brotons.
Comenzó una pesadilla sórdida que enroló a los parientes del menor en Miami en complicidad con la mafia cubanoamericana para protagonizar lo que finalmente sería un secuestro. Mas Elian González, pondría como nunca antes tan alto la estatura de padre y comenzó la reclamación de su hijo. Entonces comenzó todo.
Jóvenes de las Brigadas Técnicas Juveniles protestaron la retención frente a la Oficina de Intereses en La Habana para hacer del cinco de diciembre de 199 un día histórico. Un día después más de 300 mil pioneros y estudiantes de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media y la Federación de Estudiantes Universitarios en representación de toda Cuba protagonizaron, frente a ese propio lugar la primera marcha del pueblo Combatiente por la causa del niño Elian González Brotons
Entonces ya no hubo más descanso. La justa reclamación se tradujo una ola de manifestaciones multitudinarias, entre marchas de cientos de miles de personas y combativas tribunas abiertas en distintas ciudades del país, mesas redondas, contactos diplomáticos, visitas de familiares del menor, rejuegos políticos, presiones psicológicas la menor, maniobras de la mafia con la anuencia jurídica de Miami
Solo el 22 de abril Juan Miguel pudo abrazar a su hijo por primera vez después del secuestro gracias a un operativo federal de rescate que sacó a Elian de casa de su parentela.
El mundo asistió atónito al suceso. Millones de personas, científicos, psicólogos, catedráticos, políticos auparon fuerzas para el regreso de un niño que entonces fue de todos y enseñó la estatura de una isla cuando de defender sus derechos se trata.
Es 28 de junio de 2000. Elian González Brotons está en su patria con los suyos, casi ocho meses después de una retención ilegal en Estados Unidos Unidos. La tarde deja escapar un airecillo tenue y deja atrás la felicidad secuestrada para abrir las alas a la esperanza.-

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